Mi primer amor, mi primer día de clase, mi primer día en un nuevo trabajo, mi primer día después de una decisión importante, mi primer paso de un nuevo camino.

La primera vez siempre resulta confusa, excitante y aterradora al mismo tiempo. A medida que pasa el tiempo se acaba convirtiendo en nuestra rutina y vamos dejando esos pensamientos atrás. Resulta reconfortante guardar en tu memoria esas sensaciones, poder recurrir a ellas de vez en cuando.

La semana pasada se hacía pública la noticia de que el ayuntamiento bonificará hasta el 95% del IBI a teatros, locales culturales y librerías.

“L’Ajuntament de Barcelona bonificará con carácter retroactivo a 2015 y hasta 5.000€ por inmueble”.

Esta no es sólo una gran noticia para los teatros sino también para los productores, las compañías, los técnicos, los actores…en definitiva para toda la red de artes escénicas de la ciudad.

Hace dos años subí al escenario en la gira de Scooby Doo. Sí, fui el perro. Y sí, fui muy feliz.

Era una buena producción Australiana. Nos trataban bien, nos pagaban bien y el espectáculo era bueno. Todo era maravilloso. Pero después de pasar la felicidad que te produce estar en una producción con letras mayúsculas empiezas a preguntarte por qué sentirse así es excepcional.